Nombré este post como «un día» porque técnicamente fue lo que estuvimos en la isla, poco más de un día. Llegamos viernes en la noche y nos fuimos domingo en la mañana.
Cualquiera pensaría que los puertorriqueños visitan a menudo esta isla, pero se sorprenderían la cantidad de personas que no la frecuenta y aún más la cantidad de personas que nunca la ha visitado. Pudiera decir que una de las razones es que este país (que es una colonia) está diseñado para el turista y no para el puertorriqueño. Eso es otro tema, que pudiera abundar en otra instancia.
Luego de muchos años mi familia y yo decidimos volver a visitar la isla de culebra. Esta vez nos llevamos los autos.
El ferry para salir hacia culebra fue bueno. Era el «grande», el que tiene asientos al aire libre y en interior. Como alguien que es muy sensible a los movimientos (motion sickness, como le llaman en inglés) ir adentro no es una opción. En adición a eso, ir afuera te permite poder contemplar los paisajes o las estrellas si vas de noche, como fue nuestro caso. Amé poder ver las estrellas y una luna gigante anaranjada (aunque la foto no quedo nada bien porque las olas estaban heavy).

Nos quedamos en Culebra beach Villas en el apartamento 3C. Estaba muy limpio cuando llegamos. Fue muy cómodo y acogedor. La host fue super diligente en todo momento.
Este queda justo frente a la playa de flamenco. Esta playa es un sueño. aun en temporada de alto oleaje transmite una tranquilidad que las palabras o las fotos no son suficiente para explicar. La paz que emana de ella es algo que te invito a que experimentes.








Al próximo día, disfrutamos de la mañana a la orilla de flamenco y luego nos fuimos hasta el bote que nos llevaría a la isla de Culebrita. Usamos los servicios de Culebrita Water Taxi (enlace). Ellos fueron muy diligentes en todo el proceso. Estando en la isla nos tenían sillas y artículos para usar en el agua, como snorkels y paddleborads.
Antes de irnos le compramos almuerzo a Salsa y Sazón (enlace de Google). Es un foodtruck que queda justo al frente de donde sale el bote hacia Culebrita. Allí compramos pastelillos y unos combos de alitas con papitas. Recomendado 100%. La comida estuvo riquísima. No logré sacar fotos, había demasiada hambre como para esperar.
A Culebrita nunca habíamos ido y nos dejó con ganas de volver. Esa islita es otro sueño. Las aguas cristalinas, con un azul de esos que crees solo se pueden crear con ayuda de las computadoras. Es en esos momentos donde uno recuerda de lo asombrosa que es la creación de Dios, y lo perfectamente diseñada que esta. Los colores a donde quiera que miraras estaban en perfecta sincronía.


Nos hablaron de visitar las piscinas naturales de la isla. aunque puse resistencia a ir, mi hermano y mi papá me lograron convencer y que bueno que lo hicieron. La caminata fue de menos de 30 minutos. Eso sí, es un área rocosa, por lo que es importante que vayan con zapatos cerrados, que les protejan al caminar y que tengan la condición física que les permita realizar la travesía. Cuando llegamos hasta el área donde están las piscinas, parecía sacado de una película de Star Wars, o de la primera película de los Power Rangers cuando van a buscar el poder para salvar a Zordon. Aquí les dejo algunas fotos para que puedan apreciar tal belleza.






Luego de esto volvimos al apartamento a cenar y descansar, ya que al otro día nos íbamos temprano en la mañana. Ese ferry que nos tocó no fue de mi agrado. Era más pequeño, no tenía asientos afuera y la cabina interior para los pasajeros era muy pequeña para la cantidad de pasajeros que iban. Gracias a Dios se me fue relativamente rápido ese tiempo y estuvimos devuelta a la casa.
Sin duda alguna, Culebra es una isla que un fin de semana no da para disfrutar. Espero que hayan más días para poder disfrutar las bellezas de Puerto Rico, y del mundo también.
*Las fotos fueron tomadas usando la Nikon Z30.
¡Hasta la próxima!



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